San Pedro: intentan salvar del naufragio al Remolcador Irigoyen
La comunidad y la Marina trabajan para que no se hunda esta histórica nave, que prestó servicio en Malvinas y hoy funciona como un museo.
El Remolcador Irigoyen, una nave histórica que en la actualidad funcionan como museo, se está hundiendo en las costas de la localidad bonaerense de San Pedro y la comunidad intenta salvarla.
Se trata de un buque que participó en tareas en la Guerra de Malvinas y que desde 2010 funciona como museo en esa ciudad.
Tanto vecinos de San Pedro como la Armada Argentina tratan de salvar al buque, al que le entra agua y de manera progresiva se va hundiendo.
“El Comandante General Irigoyen se está escorando, no sabemos por dónde pero está ingresando agua y no podemos contenerla”, fue el pedido de auxilio que los encargados de mantener la nave hicieron llegar a las autoridades municipales.
Las autoridades municipales se pusieron en contacto con el Comando del Área Naval Fluvial de la Armada y el contraalmirante Julio Guardia tomó cartas en el asunto.
De esta manera dispuso el que un grupo de marinos que, al mando del capitán de fragata Ariel Fernando Gómez Mombello, intenten salvar a la nave.
Uno de los retos de los marinos es evitar que se corten todas las amarras de la histórica embarcación.
De producirse esto, el buque podría quedar a la deriva sin control aguas abajo en el río, por la velocidad de la corriente.
Además, en San Pedro se registra una fuerte baja en el nivel del agua, lo que generó el proceso de hundimiento del remolcador.
El ARA Comandante General Irigoyen fue construido en 1944 en Estados Unidos y participó como nave de apoyo y rescate en la Segunda Guerra Mundial en el Océano Pacífico, con el nombre de USS Cahuilla.
Fue vendido a la Armada Argentina en 1961, se lo renombró e integró la Fuerza de Tareas 50 en la Guerra de Malvinas.
El buque, que fue dado de baja, lleva su nombre en recuerdo del Comandante General de la Marina Matías de Irigoyen.
En febrero de 2010 el municipio de San Pedro y la Armada firmaron el convenio para que formara parte del patrimonio local. La comuna lo acondicionó, y luego el buque se convirtió en un museo.