Consideraciones acerca de la reforma de la Plaza San Martín de La Plata
Por: Jorge Bayá Casal, arquitecto, paisajista y presidente del Instituto Histótico Municipal de San Isidro
La ciudad de La Plata surgió como el sueño modernizador de las últimas décadas del siglo XIX cuando toda utopía parecía posible y el progreso de la civilización imaginaba ciudades limpias, sanas, verdes y conedificios públicos en forma de palacios. Así fue el sueño de La Plata, materializado por el proyecto de Pedro Benoit y el Departamento de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires de inicios de la década de 1880, el primero del mundo con diagonales, propuesta urbanística que llegó a ganar la medalla de oro en la Exposición Internacional de París de 1889.
Una ciudad con plazas cada seis cuadras, diagonales y parques urbanos que estructuran el espacio entre manzanas. Una ciudad en la que los palacios gubernamentales se agrupan en ejes cívicos custodiados por bulevares arbolados. Así, cada edificio con su propio jardín va tejiendo la imagen vegetal: carpetas de césped, canteros, arbustos podados y la presencia del árbol como el gran protagonista de la imagen urbana.
El trazado y el carácter paisajístico de las plazas de La Plata fue pensado en coherencia con el conjunto de jardines públicos aledaños, logrando así una imagen coherente con un fuerte mensaje: La Plata es una ciudad ajardinada.
La coherencia y el estilo paisajístico de los espacios verdes de La Plata son sus valores patrimoniales por excelencia, sumado al virtuosismo de su arquitectura y su trazado urbano.
Por estas razones, el Eje Fundacional de La Plata fue declarado Patrimonio Histórico por el Concejo Deliberante y fue presentado a la UNESCO para ser incluido en la Lista de Patrimonio Mundial.
Veo con gran preocupación la reforma de la Plaza San Martín, recientemente anunciada, ya que constituye uno hito del mencionado Eje, punto neurálgico de la ciudad, en atención a los renders publicados que muestran la futura pérdida del patrimonio paisajístico de la plaza mediante la construcción de espacios de carácter pseudo moderno y muretes perimetrales a los canteros de césped, lo que afectará negativamente la percepción de la plaza como un jardín urbano tal como fue diseñada y conservada en los últimos 90 años.
Si bien la Plaza de la Legislatura de la época fundacional -y luego Primera Junta-pasó por varias etapas como lo demuestra el copioso archivo fotográfico de Nicolás Colombo– destaco, entre otros elementos, su grantorre lumínica, sucedida por el monumento a la Primera Junta, la glorieta de música adquirida a la Fonderie du Val d’Osne en 1912, y desde 1914 el monumento al general San Martín-, podemos afirmar que desde 1932 el trazado de la Plaza San Martín quedó fijo en un modelo típico de espacio cívico coherente con los jardines de los demás edificios públicos de La Plata, haciendo eco de un estilo y una manera que lo hacen propio de la ciudad, dándole el valor necesario para garantizar la memoria del espacio público.
Es necesario remarcar que cuando se actúa en un espacio público, se está también operando sobre la memoria colectiva del lugar. Todos los habitantes de la ciudad tienen algún recuerdo, vivencia o experiencia vivida en ese lugar. Tres generaciones de platenses conservan esa imagen de la plaza principal de su ciudad.
Es por ello que creo necesario reformular el diseño que propone el intendente Alak para que no se pierda la memoria paisajística de la Plaza San Martín y su imagen ajardinada en coherencia con la historia de La Plata, reforzando así la singularidad de la ciudad y conservando la memoria de la Plaza que la hace única e irrepetible.
¿Por qué se propone una ruptura con la imagen actual, mediante un nuevo tipo de pisos, bancos y muretes delimitando canteros, cuando la plaza ya tiene de por si un estilo propio, bien definido y de alto valor paisajístico?
Toda intervención de un espacio público de estas característicasrequiere un estudio histórico previo, en el que se relate su historia y se pongan en valor sus cualidades más destacadas. Se debe hacer un análisis pormenorizado de todos elementos que componen la plaza, desde los vegetales: árboles arbustos, césped; hasta los artísticos:esculturas, glorietas; y los simplemente constructivos: pisos, bebederos, solados de granza etc.Todos ellos conforman la imagen de un lugar y si se modifican estos elementos se pierde el mensaje original de la plaza.Por ello el análisis y estudio previo debe difundirse públicamente y las decisiones tomadas para el nuevo proyecto deben justificarse según el estudio realizado, teniendo en cuenta la opinión de los vecinos, sus verdaderos propietarios.
Expongo dos ejemplos de plazas provinciales que pasaron por esa experiencia:
- la plaza de Capilla del Señor (declarado pueblo histórico de la Provincia de Buenos Aires): se realizó dicho estudio y se llegó a la conclusión de que la plaza debía volver a recuperar el diseño de su época de esplendor, porque era el que mejor expresaba el mensaje original de la plaza, que lo había perdido con el correr de los años.
- la Plaza Mitre de San Isidro, la plaza fundacional: el intendente también entendió esta premisa y realizó una reconstrucción fiel al diseño de la época del centenario, conservando su trazado y todas las características vegetales de origen, a fin de mantener la memoria del lugar. Los vecinos quedaron agradecidos en ambos casos.
Es deseable que lo mismo suceda en la capital de la Provincia de Buenos Aires, cuyas plazas -en especial la Plaza San Martín- han servido de ejemplo y modelo de espacio cívico, ya sea en su imagen vegetal como en su trazado y equipamiento. Es mucho menos oneroso proponer una recuperación histórica conservando los valores patrimoniales existentes que proyectar modernizaciones que afectan directamente a la memoria del lugar. Es por ello, que la Plaza San Martín debería conservar todos sus valores patrimoniales que garantizan la vigencia de su mensaje como parte de esa ciudad que nació para ser la ciudad moderna del siglo XIX, la ciudad ajardinada, la ciudad de las plazas.